domingo, 26 de junio de 2011

Ser nombrados por el manual. Sindrome de alienación parental

Ser nombrados por el manual , “Sindrome de aliencacion parental”
Por. Irene Greiser.

Jean Claude Milner ubica a esta época no como la de vigilar y castigar sino como la de vigilar y controlar, y denuncia que la ideología de la evaluación en nombre del bien público se introduce en la salud mental con criterios de normatividad. Así se convierte en consigna política.
Si la ideología de la evaluación comienza con el papel del perito, haciéndose portavoz del sujeto reducido a su informe, hoy en día se ha sofisticado y ya ni es necesaria la voz del perito, porque el manual cumple ese papel .
Foucault, en su curso de 1975 “Los anormales” sitúa el giro que se produce en la psiquiatría cuando se separa de la cura para situarse en el plano de la higiene pública. A la clínica médica siempre le preocupó la salud de un paciente, no el universal de la higiene pública. Con el giro hacia la higiene se produce a su vez una redistribución de intereses: el médico deja de interesarse por el padecimiento del enfermo para interesarse en su peligrosidad. La figura del psiquiatra entra al servicio del control.
Si en un principio el poder del perito era otorgado para delimitar el terreno de la locura y el crimen, en la actualidad la alineación resulta ser un crimen: me refiero al síndrome de alienación parental.

Hay no sólo una diferencia diagnóstica entre síntoma y síndrome sino fundamentalmente una diferencia de orden ético: una que va de la mano de la psicología orientada por un delirio normativo que llevará a corregir el trastorno y otra es la ética del psicoanálisis que se orienta por el sujeto y lo preserva con su síntoma. Una, solidaria del bien público, y otra, de la singularidad del sujeto. Ese “sujeto supuesto salud” , conlleva a reducir a los sujetos al estatuto de cosas y hacer creer que se gobiernan solas. Eso es lo más cretino de las burocracias sanitarias, se sellan papeles, autorizados en un manual.
El síndrome de Sap (Síndrome de alineación parental) es una entidad nominalista que puja por ser incluida en el próximo DSM. Bajo una serie de conductas patrones se tipifica este síndrome como trastorno, aludiendo a la alineación sufrida por un niño por parte de uno de sus progenitores en contra del otro. Esto es considerado como síndrome de Sap.

No se trata tan sólo de la patologización de la conducta, sino del paso siguiente, que es su judicialización. Porque en sí mismo el código penal no cuenta con ley alguna que prohíba al sujeto estar alienado, ser agresivo o vulnerable.
El sap se inscribe como la respuesta sintomática de las mismas burocracias sanitarias y es otro de los nombres del delirio de normalidad.
Es un nominalismo que se inserta como modo de regulación del exeso que las mismas burocracias de la salud mental han generado con el empuje a la denuncia de los derechos avasallados del niño maltratado, abusado, vulnerado, etc. El niño entró a formar parte de la epidemia de juicios: denunciar a los padres, maestros, buscar al culpable cuando nadie se hace responsable. El niño que era víctima de abuso ahora entró en el banquillo del acusado, acusado de alienado.
Para el psicoanálisis no hay sujeto sin síntoma y el síntoma, no es un déficit ni un trastorno a corregir sino el modo particular que cada sujeto tiene de gozar del inconciente, y la alineación es de estructura. Es justamente ese “tu eres” que le viene del Otro aquello que le permite establecer un lazo .
Dos operaciones dan cuenta de las relaciones entre el sujeto y el Otro: una es la alineación y otra es la separación. El primer Otro encarnado en las figuras parentales nombra al sujeto con un tú eres. Ese tú eres niño bueno, tú eres mi compañera, tú eres mi salvador, responde al modo singular en que cada sujeto queda alienado al campo del Otro, y da cuenta de una servidumbre voluntaria a ese Otro que marca una singularidad que escapa a cualquier manual.


El orden de la ley y el orden de hierro

¡Algo ha cambiado!…
En la epoca de Freud, Dora denuncia a su padre por tener una amante pero esa denuncia no se la hace a un juez sino a Freud. Juanito también protesta por el declive de la autoridad de su padre y le pide que se enfade si duerme con su madre. Por supuesto que Juanito también estaba alienado al deseo materno y por eso mismo hace una fobia. Pero ningunos de estos síntomas eran llevados a los juzgados.
Otra es la situación actual. El nuevo orden simbólico queda a discreción ya no de los jueces sino de un orden burocrático que penaliza a los ninos alienados. El orden simbólico regulado por un padre cuyo deseo no es anónimo, hoy es sustituido por un nuevo orden burocrático del manual: ni la ley del padre, ni la ley jurídica. El régimen del no que la ley introduce está en declive, en ese mismo lugar se inserta el orden del manual o al arreglo entre las partes.
El ordenamiento del goce subsidiario de la triangularidad edípica cada vez esta siendo más ocupado por el Estado. La invención de dispositivos por parte del Estado para regular los desbordes pulsionales da cuenta del impasse ético. Los Comités de ética, mediaciones y evaluaciones periciales responden a este nuevo ordenamiento que suplen al reino del Uno.
El sindrome de Sap forma parte de ese nuevo nominalismo, asumido por lo social. Se trata de una modalidad burocrática subyacente al discurso universitario. La tiranía del saber de los manuales tambien son nuevos simbólicos, pero ese simbólico no representa a un sujeto, sino que produce su forclusión. Hay una relacion entre causa y consentimiento: la causa viene del otro pero el consentimiento es del sujeto, porque el sujeto niño también puede rechazar lo que le viene del otro.
La ley del padre universaliza para todos la misma solución. Pero ese orden sujetaba el deseo a una ley. El régimen de la ley no es el de la norma, ni el del acuerdo entre las partes. Si bien es cierto que la autoridad del padre está en declive, ¿es acaso una solución que se homogenice la posición de los hijos con los padres? Los hijos pueden recurrir al juez, se pide y se busca responsables por todas partes. Lacan denominó a esto la era del niño generalizado.
El régimen de la alienación del tú eres declina conjuntamente con el orden del discurso amo, y ese tú eres es sustituido por otro ordenamiento que es de hierro, porque no anuda al sujeto a ley del campo del Otro. Bajo el supuesto de normalidad regido por la tiranía del manual se sustituye el tú eres.

En el seminario 21 clase del 19 marzo Lacan introduce la función del ser nombrado para, aludiendo a una función que asume lo social en el lugar de la función del padre. Aclarando también que es el signo de una degeneración catastrófica. Resulta interesante destacar el carácter de esa sustititución: lo sustituido no es un subrogado paterno, sino que es la función misma del padre la sustituida por otra función que asume lo social que Lacan denomina “Nombrar para”. “Si lo que se sustituye es un elemento pero se conserva la función, también se conserva un orden, pero al sustituirse una función por otra hay una alteración en el orden”…
Querer sustituir esa servidumbre voluntaria constitutiva del sujeto por el ser nombrado por un manual es uno de los signos de degeneración catastrófica vaticinado por Lacan. El S1 que representa al sujeto lo hace para un s2, esa es la estructura constitutiva y alienante, y ese saber nunca que el sujeto puede obtener en un análisis nunca estará en el DSM.

Tú eres un Sap, tú eres violento no es un significante que anude al sujeto al Otro.
Es que eso le viene dado por un manual de hierro y el DSM, es uno de los nombres de ese orden de hierro.

Irene Greiser


Bibliografía

J.A.Miller y E. Laurent “El Otro que no existe y sus Comites de Etica” . Ed Paidos
J. A Miller y J. C. Milner “Desea ud ser evaluado”. Ed. Miguel Gomez Ediciones
J.C.Milner La política de las cosas”
E. Laurent “El delirio de normalidad”
J. C. Indart Cursos dictados en la Eol
Irene Greiser “Delito y trasgresión “, un abordaje de la relación del sujeto con la ley”
Foro Madrid “Servidumbres Voluntarias”

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